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miércoles, 12 de marzo de 2014

ALERGIA Y PRIMAVERA


Cuando llega la primavera es inevitable hablar de alergia, afectando por igual a adultos y niños.
La alergia es una reacción exagerada de nuestro organismo a una sustancia que reconoce como dañina y que se llama alérgeno. Los alérgenos suelen ser proteínas. Muchas sustancias pueden provocar una reacción alérgica pero las más frecuentes son: los alimentos, fármacos e inhalantes como el polen, el pelo o caspa de animales y los ácaros del polvo.

La alergia tiene un fuerte componente hereditario y es normal que los niños alérgicos tengan familiares con enfermedades alérgicas: asma, rinitis, atopia o alergia a alimentos.

Hablar de la llegada de la primavera nos hace pensar en la alergia. El principal agente causal de las alergias en primavera es el polen de algunas plantas. En segunda posición estarían los ácaros del polvo, que aunque están presentes todo el año, encuentran, en la primavera, unas condiciones de temperatura y humedad excelentes para crecer. 
Aproximadamente un 20% de las personas están sensibilizadas a algún tipo de polen.
Los árboles y las plantas que causan problemas alérgicos durante la primavera son: gramíneas, ciprés, platanero, olivo y artemisa.
Los inviernos muy lluviosos provocan floraciones muy intensas en primavera, por lo que los niveles de polen son muy altos en la atmósfera y causan mayor incidencia de alergias en primavera.

Los síntomas más frecuentes en los niños o adultos alérgicos al polen y a los ácaros son los respiratorios:

· Picor nasal y/o de los ojos
· Ojos rojos y lagrimeo constante
· Mucosidad líquida (agüilla) nasal 
· Estornudos
· Congestión nasal sin otros síntomas de catarro
· Asma, dificultad respiratoria


Las personas alérgicas al polen presentarán los síntomas de manera estacional, es decir, solo durante unas semanas al año que coincidirán con la época de floración de la planta a la que son alérgicos. Es resto del año, si no tienen ninguna otra alergia, estarán sin molestias. 
Los alérgicos a los ácaros tendrán síntomas durante todo el año y pueden emporar un poco más en primavera.

Para hacer una correcta prevención y tratamiento se debe conocer a qué se es alérgico, de esta manera, podremos evitar o disminuir la exposición al alérgeno causante de los síntomas.

La alergia tiene tratamiento. La medida más importante es la evitación del alérgeno. El médico tiene un amplio abanico de tratamientos farmacológicos para aliviar los síntomas: antihistamínicos, broncodilatadores, antiinflamatorios… En algunos casos es posible la prevención de la alergia mediante vacunas (inmunoterapia). Es fundamental un estrecho control del médico y una constancia en el cumplimiento del tratamiento para poder controlar los síntomas alérgicos.

Es imposible evitar el contacto con los ácaros del polvo y con el polen durante la época de floración, pero podemos tomar algunas medidas para reducir el contacto. La “Red Española de Aerobiología” realiza recuentos polínicos en diferentes puntos de la Península que pueden ser de utilidad a los pacientes alérgicos.

En las épocas más críticas los alérgicos también puede presentar síntomas con agentes ambientales irritantes como: perfumes, ambientadores, contaminación de grandes ciudades y humo del tabaco.