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lunes, 13 de julio de 2015

EFECTOS INDIRECTOS DEL VERANO


El verano se caracteriza por ser la época del año en la que tenemos menos preocupaciones y, a la vez, más tiempo libre para ocuparlo como nos apetezca. Sin embargo, no todo son alegrías. Durante esta estación son muy comunes ciertas molestias como los cortes de digestión, las gastroenteritis, las infecciones por hongos, las infecciones oculares o las picadura de medusas.
LO QUE DEBES SABER
  • Para evitar la gastroenteritis debemos tener cuidado al consumir alimentos con huevo y prestar atención a las condiciones del agua.
  • Debemos prestar atención a la información suministrada por las autoridades locales sobre la presencia de medusas (algunas disponen de una bandera específica).
  • Hay que usar gafas de protección solar de calidad que filtren las radiaciones nocivas ya que unas lentes inadecuadas pueden producir daños como queratitis o, a largo plazo, cataratas.
Gastroenteritis
El riesgo de gastroenteritis aguda se intensifica en los meses estivales debido a las altas temperaturas, las cuales favorecen el crecimiento bacteriano en ciertos alimentos, sobre todo en el huevo duro y las salsas. Por este motivo, debemos extremar el cuidado al consumir alimentos con huevo y prestar atención a las condiciones del agua. Asimismo, las frutas y verduras deben lavarse bien antes de su consumo.
¿Qué hacer ante un cuadro de gastroenteritis?
  • Seguir una dieta astringente.
  • Prescindir de antidiarreicos sin prescripción médica.
  • Aumentar la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación.
  • No tomar alimentos sólidos durante las primeras 4-6 horas (niños) o 12 horas (adultos). En este tiempo sólo se administrará suero oral hiposódico (un sobre disuelto en 1 litro de agua mineral sin gas) o limonada alcalina (a 1 litro de agua hervida se le añade el zumo de dos o tres limones, media cucharilla de bicarbonato, media cucharilla de sal y dos o tres cucharadas de azúcar), bebiendo pequeñas cantidades, de forma continua, según demanda (sin forzar). Cuando se haya controlado la primera fase, se introducirá gradualmente la dieta sólida, siempre en pequeñas cantidades para comprobar la tolerancia a la misma: sopas (de arroz, de zanahoria o de pescado), puré de patatas y zanahorias, huevo (pasado por agua, duro o en tortilla), pescado blanco o carne de ave, cocidos o a la plancha, frutas (manzana asada, manzana oxidada con unas gotas de limón, membrillo, plátano maduro…), pan blanco tostado. Durante toda la duración del proceso se mantendrá la rehidratación con suero oral hiposódico o limonada alcalina.
  • Tomar infusiones claras de té o manzanilla, edulcoradas con sacarina y pan tostado.
  • Suprimir la leche y sus derivados durante todo el proceso. Como mucho se tolerará el yogur natural y los quesos frescos (después de una mejoría franca).
  • Evitar tomar las frutas y verduras crudas. Y durante una semana no se tomarán verduras de color verde: acelgas, espinacas, lechugas, ni almendras, compotas, nueces o pan negro.
  • No comer dulces: caramelos, chocolates, pastelería, azúcar...
  • Tomar bebidas muy frías, refrescantes y, especialmente, agua minero-medicinales con gas.